Desde la otra punta del boliche, ella me mira, me sonríe. Me acerco y le hablo, pero ella no me escucha, solo me mira la boca, me provoca. Entonces comienza el sutil juego de seducciones (Buena noche para haberme puesto las medias con portaligas). El juego continúa y cuando me quiero dar cuenta estamos entrando en mi departamento desenfrenadas, desesperadas como ninfómanas, nuestras bocas se sumergen en un mar de pasión. Oh, mágico orgasmo que vienes a mi! ojalá fueras eterno.
En el desorden de sábanas ella busca su ropa interior y se va. Que vacía me siento, no se tu nombre, ni tu numero de teléfono.
Bits of Broken Heart
La fortuna y el desamor vividos por mi, la Señorita A
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2 comentarios:
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Directo a Poringa :B
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